jueves, 20 de junio de 2013

El Diario de Ana Frank



El Diario de Ana Frank 

Número de páginas: 187
Editorial                  : Centro Gráfico
Autora                     : AnneLise Frank






















No es posible leer este diario sin inmediatamente interesarse en los años en que vivió Ana, en cuál fue esa guerra, preguntarse por qué eran perseguidos y quien tenía que ver con todo eso  que nos cuenta Ana, de los campos de concentración, de las cámaras de gas, del dolor de perder las cosas de uno, la casa, la libertad, la vida. Conocer fotos de Ana, de su familia, del lugar. No bastan las fotos que aparecen en el libro, porque lo leído no es una historia ficticia o inventada sino una historia real, un testimonio de una niña que vivió esa época y que lamentablemente no sobrevivió, sino que murió de tifus en el campo de concentración de Bergen Belsen, dos meses antes de que acabara la guerra. Margot quien estaba en el mismo lugar falleció en el mes de febrero y Ana en Marzo. La madre falleció en


Sobre el tiempo, el espacio y el ambiente, aplicando los conocimientos de la clase: 

El espacio: Luego de la primera guerra mundial, entre las potencias centrales estaba  Alemania. Luego que Hitler asumiera el gobierno de Alemania, creó el Partido Nacional Socialista (NAZI es una abreviación) y emprendió su plan de conquista de territorios y junto con eso la eliminación de los  judíos. Así, Ana y su familia  quienes vivían en la ciudad de  Frankfurt Alemania, tuvieron que huir en el año 1940 pues los alemanes estaban deteniendo a los judíos que Vivian en Alemania. Huyeron A Holanda, en donde estuvieron bien hasta que Hitler invadió ese lugar. Así, el año 1942, antes de que Ana empezará a escribir su diario ya habían varias restricciones que Ana nos cuenta:

 -Los judíos tenía que llevar una estrella amarilla.
 -Tenían que entregar sus bicicletas e ir a todos sitios andando, Margot conservaba la de ella.
 -No podían viajar en tranvía ni en coche.
 -Los judíos solo podían hacer la compra desde las tres hasta las cuatro de la tarde.
 -Solo podían ir a una peluquería Judía.
 -Solo podían salir a la calle desde las ocho de la noche hasta las seis de la noche.
 -No podían entrar en teatros, cine, u otros lugares públicos.
 -No podían entrar o tener entradas para deportes.
 -Los Judíos no podían estar en casas de cristianos.
 -Los Judíos no podían asistir a colegios cristianos.

 
Ana Empieza a escribir el 02 de junio de 1942. Luego de su cumpleaños,  fecha en que recibe como regalo su diario, a quien bautizará como su amiga Kitty. Había cumplido los doce años el 12 de junio de 1929 y  deja de escribir su diario  el 01 de agosto de 1944, puesto que ella y todos “los de la casa de atrás” fueron detenidos porque delataron su escondite.


 












El espacio físico donde transcurre el relato de Ana, se sitúa en la fábrica donde trabajaba el padre de Ana, quien había empezado varios meses atrás a preparar ese escondite junto con la ayuda de sus empleados más cercanos. Así, Ana el 09 de julio describe el lugar:

El edificio está dividido de la siguiente manera: En la planta un gran almacén.  Este estaba subdividido en distintos cuartos, para moler la canela, el clavo y el sucedáneo de la pimienta y un cuarto de las provisiones. Al lado de la puerta del almacén está la puerta de entrada normal de la casa, tras la cual una segunda puerta da acceso a la escalera.

Por las escaleras se llegaba a una puerta de vidrio. Era  la oficina principal del edificio. De día trabajan allí Bep, Miep y el señor Kleiman. Luego de pasar un pequeño cuartito, se llagaba  a una pequeña habitación, oscura y húmeda que daba al patio. Éste era el despacho que compartían al principio el señor Kugler y el señor Van Daan. Saliendo de ese despacho,  un pasillo largo y estrecho, la carbonera y, después de subir cuatro peldaños, el despacho principal. Al lado, una amplia cocina. Este era el primer piso.

Al subir por la escalera,  un descansillo. A la izquierda y derecha del descansillo, dos puertas. La de la izquierda comunica con la casa de delante, donde hay almacenes, un desván y una buhardilla. Al otro extremo de esta parte delantera del edificio, había una escalera superempinada, que llevaba a la segunda puerta que daba a la calle.

A la derecha del descansillo se hallaba la «casa de atrás». Cómo escribía Ana  detrás de una  puerta pintada de gris, sin nada de particular, se escondían varias habitaciones.
Al frente  de la puerta de entrada, una escalera empinada; a la izquierda  un pasillito y una habitación que era el  dormitorio de los Frank. A la derecha de la escalera, un cuarto sin ventanas, con un lavabo y un retrete cerrado, y otra puerta que da a la habitación de Margot y Ana. Subiendo las escaleras, al abrir la puerta una habitación  grande. En ese espacio había un fogón y un fregadero, la cocina, y a la vez también dormitorio del señor y la señora Van Daan, cuarto de estar general, comedor y estudio. Luego, una diminuta habitación, la de Peter van Daan y, finalmente, al igual que en la casa de delante, un desván y una buhardilla. 









































El espacio en que se encuentra Ana y los “de la casa de atrás” es un espacio cerrado, en dónde viven un poco más de dos años, desde junio de 1942 a agosto de 1944. 







 El cuarto de Ana y el Dr. Dussel.







 El salón donde Los del escondite y sus protectores
comían.









En cuanto al ambiente socio-cultural, se vivía un clima de guerra, en donde llegaban las noticias de lo que sucedía fuera a través de la radio de Londres y lo poco que les contaban sus protectores quienes no querían angustiarlos más y por ello no le contaban todas las cosas, según lo que apreciaba Ana.

En cuanto al ambiente psicológico, Ana va contando, aunque no lo diga así, como ese tiempo de dos años encerrados va afectándolos, va generando discusiones entre las familias, al interior de la familia de Ana. Ana cuenta de la mala relación que empieza a tener con su madre, y con su hermana Margot y de cómo su padre es el que la consuela. También nos cuenta de que su madre y la Sra. Van Dann se llevan mal. De cómo empieza a sentirse atacada por todos. 
Pero no todas las cosas son peleas, también nos cuenta de cómo se va enamorando de Peter y  va mejorando la relación con su hermana Margot.

Podemos entender los problemas  de Ana con su madre, de la familia Frank con la Familia Van Daan y el doctor Dussel, si nosotros viviéramos casi dos años en casa encerrados con otra familia que no conocemos  antes e incluso entre nuestra propias familia no sería raro empezar a enojarnos y más aún sabiendo que en cualquier momento podrían detenernos y mandarnos a campos de concentración, no tener suficiente comida a diario y no poder salir, estar limitados de espacio todos los días desde que uno se levanta, tener que estar casi todo el día sin hacer ruido para no ser descubiertos, tener dificultades para asearse, etc. Todas esas cosas que hacemos a diario y que Ana nos va contando cómo se van transformando en problemas.








Finalmente les dejó los que Ana escribió al iniciar su diario:


“”Para alguien como yo es una sensación muy extraña escribir un diario. No sólo porque nunca he escrito, sino porque me da la impresión de que más tarde ni a mí ni a ninguna otra persona le interesarán las confidencias de una colegiala de trece años. Pero eso en realidad da igual, tengo ganas de escribir y mucho más aún de desahogarme y sacarme de una vez unas cuantas espinas. «El papel es más paciente que los hombres.

¡Cuan equivocada estaba Ana!, el terror  de la guerra, ese que podemos casi sentir si hoy día si algo así pasará, el asesinato de nuestros compatriotas, amigos, vecinos no nos dejaría o no debiera dejarnos insensibles. Así, el asesinato de millones de judíos y personas de otras nacionalidades por parte de los alemanes, hizo que estas confidencias fueran testimonio de esa época. Al leer el diario de Ana no podemos de dejar de sentir tristeza por lo que le ocurrió a ella, a su madre, hermana, los van Daan y el Sr. Dussel, ya que el único que sobrevivió fue su padre quien quiso que se publicara el diario ya que así era el deseo de su hija, quien quería ser escritora.




 Este era el estante que cubría la entrada al escondite. El estante que Ana menciona que hace del escondite, un verdadero escondite. 
Efectivamente, de no haber sido delatados, jamas habrían descubierto el escondite.




Nota: En la página: www.annefrank.org se menciona que Ana reescribió su diario con el fin de publicarlo y existen tres ediciones, ya que el padre quitó cinco hojas que hacían referencias al conflicto entre Ana y su madre y  cambios físicos. También unos cuentos que escribió y citas celebres que seleccionaba de los libros que leía.

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