El Diario de Ana Frank
Número de páginas: 187
Editorial : Centro Gráfico
Autora : AnneLise Frank
Número de páginas: 187
Editorial : Centro Gráfico
Autora : AnneLise Frank
No es posible leer este
diario sin inmediatamente interesarse en los años en que vivió Ana, en cuál fue
esa guerra, preguntarse por qué eran perseguidos y quien tenía que ver con todo
eso que nos cuenta Ana, de los campos de
concentración, de las cámaras de gas, del dolor de perder las cosas de uno, la
casa, la libertad, la vida. Conocer fotos de Ana, de su familia, del lugar. No
bastan las fotos que aparecen en el libro, porque lo leído no es una historia
ficticia o inventada sino una historia real, un testimonio de una niña que
vivió esa época y que lamentablemente no sobrevivió, sino que murió de tifus en
el campo de concentración de Bergen Belsen, dos meses antes de que acabara la
guerra. Margot quien estaba en el mismo lugar falleció en el mes de febrero y Ana
en Marzo. La madre falleció en
Sobre el tiempo, el espacio y el ambiente, aplicando los conocimientos
de la clase:
El
espacio: Luego de la primera guerra mundial, entre las potencias centrales estaba Alemania. Luego que Hitler asumiera el
gobierno de Alemania, creó el Partido Nacional Socialista (NAZI es una
abreviación) y emprendió su plan de conquista de territorios y junto con eso la
eliminación de los judíos. Así, Ana y su
familia quienes vivían en la ciudad de Frankfurt Alemania, tuvieron que huir en el
año 1940 pues los alemanes estaban deteniendo a los judíos que Vivian en Alemania.
Huyeron A Holanda, en donde estuvieron bien hasta que Hitler invadió ese lugar.
Así, el año 1942, antes de que Ana empezará a escribir su diario ya habían
varias restricciones que Ana nos cuenta:
-Los judíos tenía que llevar una estrella amarilla.
-Tenían que entregar
sus bicicletas e ir a todos sitios andando, Margot conservaba la de ella.
-No podían viajar en
tranvía ni en coche.
-Los judíos solo podían
hacer la compra desde las tres hasta las cuatro de la tarde.
-Solo podían ir a una
peluquería Judía.
-Solo podían salir a la calle
desde las ocho de la noche hasta las seis de la noche.
-No podían entrar en
teatros, cine, u otros lugares públicos.
-No podían entrar o tener
entradas para deportes.
-Los Judíos no podían
estar en casas de cristianos.
-Los Judíos no podían
asistir a colegios cristianos.
Ana Empieza a escribir el
02 de junio de 1942. Luego de su cumpleaños, fecha en que recibe como regalo su diario, a
quien bautizará como su amiga Kitty. Había cumplido los doce años el 12 de
junio de 1929 y deja de escribir su
diario el 01 de agosto de 1944, puesto
que ella y todos “los de la casa de atrás” fueron detenidos porque delataron su
escondite.
El espacio físico donde transcurre el relato de Ana, se sitúa en la fábrica
donde trabajaba el padre de Ana, quien había empezado varios meses atrás a
preparar ese escondite junto con la ayuda de sus empleados más cercanos. Así,
Ana el 09 de julio describe el lugar:
El edificio está
dividido de la siguiente manera: En la planta un gran almacén. Este estaba subdividido en distintos cuartos, para
moler la canela, el clavo y el sucedáneo de la pimienta y un cuarto de las
provisiones. Al lado de la puerta del almacén está la puerta de entrada normal
de la casa, tras la cual una segunda puerta da acceso a la escalera.
Por las escaleras se
llegaba a una puerta de vidrio. Era la
oficina principal del edificio. De día trabajan allí Bep, Miep y el señor
Kleiman. Luego de pasar un pequeño cuartito, se llagaba a una pequeña habitación, oscura y húmeda que
daba al patio. Éste era el despacho que compartían al principio el señor Kugler
y el señor Van Daan. Saliendo de ese despacho, un pasillo largo y estrecho, la carbonera y,
después de subir cuatro peldaños, el despacho principal. Al lado, una amplia
cocina. Este era el primer piso.
Al subir por la
escalera, un descansillo. A la izquierda
y derecha del descansillo, dos puertas. La de la izquierda comunica con la casa
de delante, donde hay almacenes, un desván y una buhardilla. Al otro extremo de
esta parte delantera del edificio, había una escalera superempinada, que llevaba
a la segunda puerta que daba a la calle.
A la derecha del descansillo se hallaba la «casa de
atrás». Cómo escribía Ana detrás de una puerta pintada de gris, sin nada de particular,
se escondían varias habitaciones.
Al frente de la puerta de entrada, una escalera
empinada; a la izquierda un pasillito y
una habitación que era el dormitorio de
los Frank. A la derecha de la escalera, un cuarto sin ventanas, con un lavabo y
un retrete cerrado, y otra puerta que da a la habitación de Margot y Ana.
Subiendo las escaleras, al abrir la puerta una habitación grande. En ese espacio había un fogón y un
fregadero, la cocina, y a la vez también dormitorio del señor y la señora Van
Daan, cuarto de estar general, comedor y estudio. Luego, una diminuta
habitación, la de Peter van Daan y, finalmente, al igual que en la casa de
delante, un desván y una buhardilla.
El espacio en que se encuentra Ana y los “de la casa de atrás” es un espacio cerrado, en dónde viven un poco más de dos años, desde junio de 1942 a agosto de 1944.
El cuarto de Ana y el Dr. Dussel.
El salón donde Los del escondite y sus protectores
comían.
En cuanto al ambiente socio-cultural, se vivía un clima de guerra, en donde
llegaban las noticias de lo que sucedía fuera a través de la radio de Londres y
lo poco que les contaban sus protectores quienes no querían angustiarlos más y
por ello no le contaban todas las cosas, según lo que apreciaba Ana.
En cuanto al ambiente psicológico, Ana va contando, aunque no lo diga así,
como ese tiempo de dos años encerrados va afectándolos, va generando
discusiones entre las familias, al interior de la familia de Ana. Ana cuenta de
la mala relación que empieza a tener con su madre, y con su hermana Margot y de
cómo su padre es el que la consuela. También nos cuenta de que su madre y la
Sra. Van Dann se llevan mal. De cómo empieza a sentirse atacada por todos.
Pero no todas las cosas
son peleas, también nos cuenta de cómo se va enamorando de Peter y va mejorando la relación con su hermana Margot.
Podemos entender los problemas de Ana con su madre, de la familia Frank con
la Familia Van Daan y el doctor Dussel, si nosotros viviéramos casi dos años en
casa encerrados con otra familia que no conocemos antes e incluso entre nuestra propias familia
no sería raro empezar a enojarnos y más aún sabiendo que en cualquier momento
podrían detenernos y mandarnos a campos de concentración, no tener suficiente
comida a diario y no poder salir, estar limitados de espacio todos los días
desde que uno se levanta, tener que estar casi todo el día sin hacer ruido para
no ser descubiertos, tener dificultades para asearse, etc. Todas esas cosas que
hacemos a diario y que Ana nos va contando cómo se van transformando en
problemas.
Finalmente les dejó los
que Ana escribió al iniciar su diario:
“”Para alguien como yo es una sensación muy extraña
escribir un diario. No sólo porque nunca he escrito,
sino porque me da la impresión de que más tarde ni a mí ni a ninguna otra persona le
interesarán las confidencias de una colegiala de trece años. Pero eso en realidad da
igual, tengo ganas de escribir y mucho más aún de desahogarme y sacarme de una vez unas
cuantas espinas. «El papel es más paciente que los hombres.”
¡Cuan
equivocada estaba Ana!, el
terror de la guerra, ese que podemos casi
sentir si hoy día si algo así pasará, el asesinato de nuestros compatriotas,
amigos, vecinos no nos dejaría o no debiera dejarnos insensibles. Así, el
asesinato de millones de judíos y personas de otras nacionalidades por parte de
los alemanes, hizo que estas confidencias fueran testimonio de esa época. Al
leer el diario de Ana no podemos de dejar de sentir tristeza por lo que le
ocurrió a ella, a su madre, hermana, los van Daan y el Sr. Dussel, ya que el
único que sobrevivió fue su padre quien quiso que se publicara el diario ya que
así era el deseo de su hija, quien quería ser escritora.
Este era el estante que cubría la entrada al escondite. El estante que Ana menciona que hace del escondite, un verdadero escondite.
Efectivamente, de no haber sido delatados, jamas habrían descubierto el escondite.
Nota: En la página: www.annefrank.org se menciona que Ana reescribió
su diario con el fin de publicarlo y existen tres ediciones, ya que el padre
quitó cinco hojas que hacían referencias al conflicto entre Ana y su madre y cambios físicos. También unos cuentos que
escribió y citas celebres que seleccionaba de los libros que leía.
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